Definición.
Esta actividad representa aproximadamente el 50% del consumo de zinc en el mundo y desde hace más de 150 años se ha ido afianzando como el procedimiento más fiable y económico de protección del hierro contra la corrosión.
Descripción del proceso.
La galvanización es un procedimiento para recubrir el hierro y el acero mediante su inmersión en un baño de zinc fundido.
Tiene como principal objetivo evitar la oxidación y corrosión que la humedad y la contaminación ambiental pueden ocasionar sobre este hierro.
Las piezas que van a ser galvanizadas se limpian de grasas (desengrase) y óxidos (decapado), y se introducen en un baño de zinc fundido a 450ºC, produciéndose durante la inmersión una reacción químico-metalúrgica entre el hierro y el zinc, con varias capas de aleación hierro-zinc y una capa exterior de zinc puro.
El recubrimiento no es una mera deposición superficial de zinc sino que constituye una verdadera aleación metalúrgica superficial con 3 capas de aleaciones Fe-Zn y la cuarta más externa de zinc puro.
Las aleaciones Fe-Zn aunque son frágiles son más duras que el acero base, lo que significa que resisten muy bien golpes o rozaduras sin desprenderse.
La protección es total, llega incluso a los rincones y al interior de las zonas huecas ya que obligatoriamente ha de penetrar el zinc en el interior, pues en caso contrario, las piezas flotarían en el zinc fundido.